Es curioso lo caótica que puede resultar manejar en cuanto el tiempo se vuelve un poco desagradable. Conductores que normalmente son ejemplos de conducción segura en un día soleado pueden parecer perder el sentido en el momento exacto en que una cabeza tranquila y un juicio ponderado son lo más importante.
Con cualquier tiempo, conducir con seguridad(o ir en moto con seguridad) es una habilidad compleja que requiere concentración, pensamiento claro y conciencia de la situación. Pero cuando las condiciones empeoran, el conductor tiene que tomar buenas decisiones en circunstancias más difíciles y con menos información visual disponible. Esto supone una mayor presión para el conductor y parece que muchos tienen dificultades para afrontarlo.
Si pasas tiempo en las carreteras con lluvia, niebla o nieve, verás cómo se hacen algunas maniobras locas. A menudo es el tipo de conducción peligrosa que nunca se vería con tiempo claro y seco.
Conduce según las condiciones, no según el límite de velocidad
El sentido común sugiere que cuando la visibilidad se ve reducida por la oscuridad, la lluvia o cualquier otra cosa, deberías reducir un poco la velocidad para asegurarte de que puedes ver lo que viene con tiempo suficiente para reaccionar. Sin embargo, no deja de sorprenderme ver cómo otros coches se obstinan en mantener su velocidad normal (o incluso en acelerar) sin tener en cuenta el aumento de los riesgos.
Un límite de velocidad es una velocidad máxima, no un mínimo o un objetivo. No olvides que en caso de tener un accidente automovilístico, los seguros de autos cubren tu daño solo si no excedías el límite de velocidad, así que siempre apégate al reglamento para que estés asegurado en caso de un desafortunado incidente. Al igual que la mayoría de la gente, estoy seguro de que los límites de velocidad son demasiado arbitrarios en demasiados lugares, y se establecen para los conductores del mínimo común denominador que ni siquiera deberían tener permiso de conducir, pero eso no significa que debas apegarte rígidamente al límite de velocidad con cualquier tiempo.
No pasa nada por reducir un poco la velocidad y dejar más espacio a los coches que te rodean. ¿Y qué pasa si llegas cinco minutos tarde? Es mejor que tener un accidente evitable porque tenías demasiada prisa y no pudiste parar cuando lo necesitabas.
La visibilidad, el frenado y la dirección se reducen en mojado
No sólo se reduce la visibilidad cuando está mojado, sino que las distancias de frenado suelen ser mucho más largas y los neumáticos no tienen tanto agarre para dirigir. Por lo tanto, no sólo detectarás el peligro mucho más tarde, sino que no podrás detenerte tan rápidamente ni apartarte del camino tan eficazmente para evitarlo. Estos tres factores significan que las probabilidades de tener un accidente a cualquier velocidad son mucho mayores en mojado que en seco.
Otra fuente de asombro continuo es el número de personas que parecen contentarse con conducir en carretera con los parabrisas sucios (o congelados en invierno). Si tu parabrisas está empañado u obstruido por el polvo, tómate unos minutos para limpiarlo adecuadamente de modo que puedas ver con claridad a través de toda la ventana. Limpiar una pequeña mancha directamente delante del volante no es suficiente para proporcionar un nivel de visibilidad seguro.
Redactora profesional con especialidad en temas de aseguradoras y otros productos de seguros. Actualmente trabajo en una de las consultoras más prestigiosas de México.
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